Con la idea de crear un contenedor que respondiese a todas estas necesidades se modificó el forjado de la entreplanta, a la cual se accedía por una incómoda escalera frontal que obstruía la entrada, llevando la escalera al fondo del local, obteniendo como resultado una comunicación mucho más cómoda entre las dos plantas, facilitando la entrada de vehículos y generando un punto de interés visual, ya que está formada por una pieza de madera unida al forjado superior y tres peldaños metálicos, que arrancan desde el suelo, pero que no llegan a tocar la pieza superior, aportando ligereza al conjunto. Para conseguir una gran cantidad de almacenaje se ideó un armario en DM coloreado que recorre el espacio de arriba abajo y consigue adaptarse a las diferentes profundidades gracias a una serie de quiebros. Para aprovechar al máximo superficie de la entreplanta, sin perjudicar la entrada de luz natural, se retiró el entablado antiguo y se colocó una red en la que es posible tumbarse a leer o escuchar música. Las instalaciones vistas y una tira led continua aportan dinamismo al conjunto.